martes, 25 de febrero de 2025

Juan Pablo I. Padilla reseña Freud del nombre, del origen y del gran hombre. Ensayo conjetural, de Gustavo Geirola

 

Geirola, Gustavo. Freud: del nombre, del origen y del ‘gran hombre’. Ensayo conjetural. Los Ángeles/Buenos Aires: Argus-a  Artes y Humanidades/Arts & Humanities, 2024. ISBN 978-1-944508-57-9,316 págs.

 

Este libro que, como nos cuenta su autor, el Dr. Gustavo Geirola, es fruto del Seminario que dictó la Dra. Marta Gerez Ambertín acerca de Los nombres del padre y lo fraterno en la clínica en 2023. Este ensayo conjetural es deudor y resonancia de aquel seminario. Sin duda fue causa del deseo de Geirola y de muchos de los que asistimos al seminario (¿y por qué no también, de aquellos que vean luego la presentación por YouTube en el canal de La Fundación?)[1] por lo cual merece ser celebrado.

El libro está dedicado a la memoria de Néstor Braunstein, de quien también somos deudores: de él y de sus libros. Recordemos lo que nos enseña Braunstein sobre la memoria: ella es fundadora del ser, cada uno de nosotros somos, no lo que nos pasa, sino aquello que recordamos y que olvidamos. Somos una memoria en movimiento, honrada por olvidos y represiones. La memoria no procede desde el pasado como ingenuamente creemos dice Braunstein (2012), sino desde el futuro. Lo que no se puede olvidar es el futuro desde el cual todo recuerdo tomará su sentido o se develará como privado de él. Y si estamos celebrando el libro de Gustavo Geirola es también, y en gran medida,porque nos reconocemos deudores de la enseñanza del Dr. Néstor Braunstein, y lo recordamos, honramos y homenajeamos estudiando sus trabajos.

El Dr. Geirola humildemente dice que se dejó llevar por la invención imaginativa, hasta incluso con cierto “tufillo a delirio”, pero siempre con la rigurosidad teórica, citando a no pocos autores que investigaron sobre la vida y la obra de Freud. Geirola hace todo un recorrido del linaje de los Freud, siguiendo a sus biógrafos principales: Emilio Rodrigué, Peter Gay, Louis Breger, y en menor medida, a Ernest Jones, que, como lo dijo en alguna conferencia la Dra. Gerez Ambertín, es el chismoso de la saga psicoanalítica. Resulta que, aunque sea el chismoso, también lo leemos, o quizás algunos justamente por eso lo leemos. El Dr. Geirola incluso recomienda al lector que se deje llevar por su delirio y su inventiva y que disfrute de la lectura. Pues la lectura del texto de Geirola se disfruta tanto como demanda la atención: el autor hace posible que uno recorra el laberinto que nos propone, yendo de Freud a Lacan y viceversa, y relacionando los datos biográficos de Freud con los aportes teóricos que éste hizo.

Geirola en su libro realiza una travesía por diversos autores de renombre e importancia, como son: Calderón de la Barca, Freud, Lacan, Braunstein, Gerez Ambertín, Sófocles, Homero, Apolodoro, Diodoro de Sicilia, Píndaro, Étienne de La Boétie, Descartes, Foucault, Nietzsche, Shakespeare, James Joyce, Schopenhauer, Hegel, Aristóteles, Charles Darwin, Claude Levi Strauss, Walter Benjamin, entre otros. 

        El autor destaca los complicados y ambivalentes sentimientos que despertaron en Freud la relación con su madre Amalia. Es distinguido que Freud no haya precisado la relación de las mujeres con el padre real, con el padre de la horda. Asimismo, Geirola subraya que Freud, como él mismo sostiene en numerosas cartas, no se puede explicar el matriarcado. Resulta notable, dice Peter Gay, que Freud no diga prácticamente nada o muy poco sobre su madre. Braunstein en su texto Edipo vienés, sostiene que el complejo de Edipo no es una conclusión, un punto de llegada, la culminación o el centro del psicoanálisis, o, mejor dicho, del (auto)análisis de Freud. Por el contrario, el complejo de Edipo se encuentra al comienzo de todo eso, es el mito en tanto que historieta, como contenido manifiesto, ya que, como conjetura Lacan en El Seminario 17: “el complejo de Edipo es el sueño de Freud”; lo mismo dice Braunstein, y por eso debe ser atravesado y despejado. Se trata de un mal sueño de Freud del que hay que despertar a los analistas para que pueda haber psicoanálisis.

Braunstein va a plantear una incapacidad en Freud para integrar la hostilidad de la madre al hijo varón, presente en numerosos pasajes de la obra freudiana, en los que refiere lo que para él es el contenido del mito de Edipo. Y el problema de esto es, tanto más de nosotros los analistas que de Freud mismo, porque sigue siendo nuestra fuenteprincipal la letra de Freud y no la de Sófocles, que la desconocemos. No sería en vano un esfuerzo volver al relato de Sófocles: tanto para disfrutar de su lectura como para advertir las diferencias con la lectura que Freud hizo de aquel. En relación a esto es que Braunstein nos exhorta a que dejemos de masticar como un animal que no sabe qué es lo que come, el mito freudiano de Edipo y que agarremos el mito tebano o ateniense, que no muerde.

Por eso considero muy precisa y puntillosa la distinción que hace el Dr. Geirola sobre el Edipo de Sófocles y el Edipo de Freud; siguiendo el texto Edipo vienés de Braunstein, pero además agregando sus propios aportes, Geirola nos muestra su conocimiento y su gusto por la mitología griega y sus personajes. A su vez, la relación que hace Geirola con el escrito de Lacan Joyce el síntoma y el cuento de Borges, Borges y yo, para referir al hombre y al nombre, y ambos para hacer referencia al sinthome.

A propósito, y en relación al nombre, sostiene Geirola, cito:

Podemos apreciar cómo el cambio de nombre de Sigismundo a Sigmund, y cómo el rechazo y olvido de nombres de sus antepasados Schlomo y Kallamon respectivamente, más la obturación de la obra calderoniana, configuran la genealogía de aquello que en ese libro de 1913 adquiere un estatus conceptual: el tótem y el tabú. ¿Será que Sigmund configura el cuarto nudo, el sinthome, que desde su temprana juventud anudará los desajustes de los 3 del nudo borromeo? (pág 52)

Las notas al margen, abundantes, son inevitables e ineludibles en el ensayo de Geirola; muchas veces son más importantes que el cuerpo del texto.En una de esas notas, por ejemplo, más precisamente en la nota 50, Geirola explica de dónde Freud extrae el término dark continent para referirse a la mujer.

Otra de las notas más divertida que novedosa es la que, siguiendo a Emilio Rodrigué, Geirola nos cuenta que los psicoanalistas elegían que los congresos se realizaran en lugares neutrales, que no eran ni en Viena ni en Berlín, así se alejaban de sus esposas. Y no lo dice Rodrigué, pero imagino que las esposas también hacían de las suyas para descansar de sus maridos cuando estos viajaban. Y digo,“no tan novedosa” no por el dato en si, sino porque conocemos la tentación que genera lo prohibido, lo clandestino, incluso en los mismos psicoanalistas.

Volviendo al comienzo del libro, Geirola abre con una cita de Freud que sostiene que sin un poco de cierta criminalidad no hay realización posible. Esta cita que eligió Gustavo Geirola me recordó la frase de Antonin Artaud, que dice: “No hay nadie que jamás haya escrito o pintado, esculpido y modelado, construido, inventado, a no ser para salir del infierno”.Y también me recordó la clase del Seminario 7 de Lacan titulada “La pulsión de muerte” en la que el maestro francés destaca que, si bien en la pulsión de muerte hay una voluntad de destrucción, no todo supone destrucción: hay también una voluntad de creación a partir de la nada para volver a empezar. Se trata de una fuerza destructiva y a la vez creadora, que está ligada a la historia, dice Lacan, en tanto que es memorable y memorizada. Lacan entonces concibe la pulsión de muerte como una “sublimación creacionista”: nos servimos de la pulsión de muerte para crear.

Este ensayo conjetural comienza en el mismo lugar donde empieza: en el sueño. Inicia con La vida es sueño de Calderón de la Barca y termina en Joyce, con su Finnegans Wake .Pascal Quignard sostiene que escribir es leer lo que no se ve en el silencio de lo que ya no se escucha. Escuchar es escribir.Y esto, tiene que ver con lo que subyace al proyecto de este nuevo libro de Geirola, en la medida en que el lector puede preguntarse de dónde nace este libro, de dónde viene ese deseo y esa fuerza para su escritura.

 

Juan Pablo I. Padilla

Miembro y Docente de la Fundación Sigmund Freud Instituto Clínico Jacques Lacan. Docente de Psicología Clínica (UNT) e integrante de Semiosis Social (UNT). Doctorando en Psicología (UNT).

 

 

Obras citadas

Braunstein, Néstor. (2012) La memoria del uno y la memoria del Otro. El inconsciente y la historia. Siglo XXI editores, 2012, pág. 17

---. Freudiano y Lacaniano. Buenos Aires: Manantial editores, 2000.

Gay, Peter. Freud: una vida de nuestro tiempo. Vida y legado de un precursor.Barcelona: Ediciones Paidós. Colección Testimonios, 2010.

Lacan, Jacques. (1959-1960). El Seminario 7: La ética. Buenos Aires: Editorial Paidós, 2019

---. (1969-1970). El Seminario 17: El reverso del psicoanálisis. Buenos Aires: Editorial Paidós, 2019.

Quignard, Pascal. Pequeños tratados I y II. Editorial Sexto Piso, 2016.

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