Geirola, Gustavo. Freud:
del nombre, del origen y del ‘gran hombre’. Ensayo conjetural. Los
Ángeles/Buenos Aires: Argus-a Artes y Humanidades/Arts & Humanities,
2024. ISBN 978-1-944508-57-9,316 págs.
Este libro que, como nos cuenta su autor, el Dr. Gustavo
Geirola, es fruto del Seminario que dictó la Dra. Marta Gerez Ambertín acerca
de Los nombres del padre y lo fraterno en la clínica en 2023. Este
ensayo conjetural es deudor y resonancia de aquel seminario. Sin duda fue causa
del deseo de Geirola y de muchos de los que asistimos al seminario (¿y por qué
no también, de aquellos que vean luego la presentación por YouTube en el canal
de La Fundación?)[1]
por lo cual merece ser celebrado.
El libro está dedicado a la memoria de Néstor Braunstein,
de quien también somos deudores: de él y de sus libros. Recordemos lo que nos
enseña Braunstein sobre la memoria: ella es fundadora del ser, cada uno de
nosotros somos, no lo que nos pasa, sino aquello que recordamos y que
olvidamos. Somos una memoria en movimiento, honrada por olvidos y represiones.
La memoria no procede desde el pasado como ingenuamente creemos dice Braunstein
(2012), sino desde el futuro. Lo que no se puede olvidar es el futuro desde el
cual todo recuerdo tomará su sentido o se develará como privado de él. Y si
estamos celebrando el libro de Gustavo Geirola es también, y en gran medida,porque
nos reconocemos deudores de la enseñanza del Dr. Néstor Braunstein, y lo
recordamos, honramos y homenajeamos estudiando sus trabajos.
El Dr. Geirola humildemente dice que se dejó llevar por
la invención imaginativa, hasta incluso con cierto “tufillo a delirio”, pero
siempre con la rigurosidad teórica, citando a no pocos autores que investigaron
sobre la vida y la obra de Freud. Geirola hace todo un recorrido del linaje de
los Freud, siguiendo a sus biógrafos principales: Emilio Rodrigué, Peter Gay, Louis
Breger, y en menor medida, a Ernest Jones, que, como lo dijo en alguna
conferencia la Dra. Gerez Ambertín, es el chismoso de la saga psicoanalítica. Resulta
que, aunque sea el chismoso, también lo leemos, o quizás algunos justamente por
eso lo leemos. El Dr. Geirola incluso recomienda al lector que se deje llevar
por su delirio y su inventiva y que disfrute de la lectura. Pues la lectura del
texto de Geirola se disfruta tanto como demanda la atención: el autor hace
posible que uno recorra el laberinto que nos propone, yendo de Freud a Lacan y
viceversa, y relacionando los datos biográficos de Freud con los aportes
teóricos que éste hizo.
Geirola en su libro realiza una travesía por diversos
autores de renombre e importancia, como son: Calderón de la Barca, Freud,
Lacan, Braunstein, Gerez Ambertín, Sófocles, Homero, Apolodoro, Diodoro de
Sicilia, Píndaro, Étienne de La Boétie, Descartes, Foucault, Nietzsche,
Shakespeare, James Joyce, Schopenhauer, Hegel, Aristóteles, Charles Darwin,
Claude Levi Strauss, Walter Benjamin, entre otros.
El autor destaca
los complicados y ambivalentes sentimientos que despertaron en Freud la
relación con su madre Amalia. Es distinguido que Freud no haya precisado la
relación de las mujeres con el padre real, con el padre de la horda. Asimismo,
Geirola subraya que Freud, como él mismo sostiene en numerosas cartas, no se
puede explicar el matriarcado. Resulta notable, dice Peter Gay, que Freud no
diga prácticamente nada o muy poco sobre su madre. Braunstein en su texto Edipo
vienés, sostiene que el complejo de Edipo no es una conclusión, un punto de
llegada, la culminación o el centro del psicoanálisis, o, mejor dicho, del
(auto)análisis de Freud. Por el contrario, el complejo de Edipo se encuentra al
comienzo de todo eso, es el mito en tanto que historieta, como contenido manifiesto,
ya que, como conjetura Lacan en El Seminario 17: “el complejo de Edipo
es el sueño de Freud”; lo mismo dice Braunstein, y por eso debe ser atravesado
y despejado. Se trata de un mal sueño de Freud del que hay que despertar a los
analistas para que pueda haber psicoanálisis.
Braunstein va a plantear una incapacidad en Freud para integrar
la hostilidad de la madre al hijo varón, presente en numerosos pasajes de la
obra freudiana, en los que refiere lo que para él es el contenido del mito de Edipo.
Y el problema de esto es, tanto más de nosotros los analistas que de Freud
mismo, porque sigue siendo nuestra fuenteprincipal la letra de Freud y no la de
Sófocles, que la desconocemos. No sería en vano un esfuerzo volver al relato de
Sófocles: tanto para disfrutar de su lectura como para advertir las diferencias
con la lectura que Freud hizo de aquel. En relación a esto es que Braunstein
nos exhorta a que dejemos de masticar como un animal que no sabe qué es lo que
come, el mito freudiano de Edipo y que agarremos el mito tebano o ateniense,
que no muerde.
Por eso considero muy precisa y puntillosa la distinción
que hace el Dr. Geirola sobre el Edipo de Sófocles y el Edipo de Freud;
siguiendo el texto Edipo vienés de Braunstein, pero además agregando sus
propios aportes, Geirola nos muestra su conocimiento y su gusto por la
mitología griega y sus personajes. A su vez, la relación que hace Geirola con
el escrito de Lacan Joyce el síntoma y el cuento de Borges, Borges y
yo, para referir al hombre y al nombre, y ambos para hacer referencia al
sinthome.
A propósito, y en relación al nombre, sostiene Geirola,
cito:
Podemos apreciar cómo el
cambio de nombre de Sigismundo a Sigmund, y cómo el rechazo y olvido de nombres
de sus antepasados Schlomo y Kallamon respectivamente, más la obturación de la
obra calderoniana, configuran la genealogía de aquello que en ese libro de 1913
adquiere un estatus conceptual: el tótem y el tabú. ¿Será que Sigmund configura
el cuarto nudo, el sinthome, que desde su temprana juventud anudará los
desajustes de los 3 del nudo borromeo? (pág 52)
Las notas al margen, abundantes, son inevitables e
ineludibles en el ensayo de Geirola; muchas veces son más importantes que el
cuerpo del texto.En una de esas notas, por ejemplo, más precisamente en la nota
50, Geirola explica de dónde Freud extrae el término dark continent para
referirse a la mujer.
Otra de las notas más divertida que novedosa es la que,
siguiendo a Emilio Rodrigué, Geirola nos cuenta que los psicoanalistas elegían
que los congresos se realizaran en lugares neutrales, que no eran ni en Viena
ni en Berlín, así se alejaban de sus esposas. Y no lo dice Rodrigué, pero
imagino que las esposas también hacían de las suyas para descansar de sus
maridos cuando estos viajaban. Y digo,“no tan novedosa” no por el dato en si,
sino porque conocemos la tentación que genera lo prohibido, lo clandestino,
incluso en los mismos psicoanalistas.
Volviendo al comienzo del libro, Geirola abre con una
cita de Freud que sostiene que sin un poco de cierta criminalidad no hay
realización posible. Esta cita que eligió Gustavo Geirola me recordó la frase
de Antonin Artaud, que dice: “No hay nadie que jamás haya escrito o pintado, esculpido y modelado,
construido, inventado, a no ser para salir del infierno”.Y también me recordó la clase del Seminario 7 de Lacan titulada “La pulsión de muerte” en la que el
maestro francés destaca que, si bien en la pulsión de muerte hay una voluntad
de destrucción, no todo supone destrucción: hay también una voluntad de
creación a partir de la nada para volver a empezar. Se trata de una fuerza
destructiva y a la vez creadora, que está ligada a la historia, dice Lacan, en
tanto que es memorable y memorizada. Lacan entonces concibe la pulsión de
muerte como una “sublimación creacionista”: nos servimos de la pulsión de
muerte para crear.
Este ensayo conjetural comienza en el mismo lugar donde
empieza: en el sueño. Inicia con La vida es sueño de Calderón de la
Barca y termina en Joyce, con su Finnegans Wake .Pascal Quignard sostiene
que escribir es leer lo que no se ve en el silencio de lo que
ya no se escucha. Escuchar es escribir.Y esto, tiene que ver con lo que
subyace al proyecto de este nuevo libro de Geirola, en la medida en que el
lector puede preguntarse de dónde nace este libro, de dónde viene ese deseo y
esa fuerza para su escritura.
Juan Pablo I. Padilla
Miembro
y Docente de la Fundación Sigmund Freud Instituto Clínico Jacques Lacan. Docente
de Psicología Clínica (UNT) e integrante de Semiosis Social (UNT). Doctorando
en Psicología (UNT).
Obras citadas
Braunstein, Néstor. (2012) La memoria del uno y la
memoria del Otro. El inconsciente y la historia. Siglo XXI editores, 2012,
pág. 17
---. Freudiano y Lacaniano. Buenos Aires: Manantial
editores, 2000.
Gay, Peter. Freud: una vida de nuestro tiempo. Vida y
legado de un precursor.Barcelona: Ediciones Paidós. Colección Testimonios,
2010.
Lacan, Jacques. (1959-1960). El Seminario 7: La ética.
Buenos Aires: Editorial Paidós, 2019
---. (1969-1970). El
Seminario 17: El reverso del psicoanálisis. Buenos Aires: Editorial Paidós,
2019.
Quignard, Pascal. Pequeños
tratados I y II. Editorial Sexto Piso, 2016.
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